La Viña Concha y Toro reabre sus puertas para tours más exclusivos
Este mes estuvimos con algunos clientes en el viñedo Concha y Toro, después de meses cerrada debido a la pandemia por COVID-19.
Fuimos en un número menor de pasajeros y, en la visita, pudimos percibir cómo ella se ha preparado de la mejor manera para la retomada del turismo para así poder recibir sus visitantes nuevamente. Y es eso qué te vamos a contar en este artículo.
- Siguiendo las normas sanitarias
Ya en la entrada de la viña, funcionarios con mascarilla se acercaron de nuestro vehículo, solicitaron nuestros nombres y números de cédula de identidad o pasaporte y midieron nuestras temperaturas.
Después, nos direccionaron a la recepción, donde nos hicieron rellenar un formulario que nos preguntaba cosas al respecto del COVID-19, cómo, por ejemplo, sí tuvimos contacto con alguna persona infectada, si estábamos con sospecha de contagio, entre otras cosas.
Por fin, fuimos dirigidos a los trámites de sanitización. Antes de la entrada para el recorrido, había una especie de alfombra higiénica para los pies y un panel que, al pisar, nos echaba alcohol gel para las manos.
Acá, importante recordar que solo es permitida la entrada con mascarilla.
- Recepción del guía
Después de seguir todos los pasos de las normas sanitarias, un guía muy simpático y educado de Concha y Toro llegó para acompañarnos en el recorrido. Antes, también nos explicó algunas otras exigencias para una experiencia más segura para todos, cómo no compartir cámaras y ítems personales, evitar la proximidad a otros grupos, no sacar sus mascarillas (exceptuando el momento de la degustación) etc.
- Recorrido
El recorrido empezó en los jardines de Concha y Toro, donde pudimos darnos cuenta de la intensidad de su belleza. Vimos árboles, la laguna artificial que está en el viñedo y, claro, el famoso casarón del Melchor Concha y Toro, que fue pintado recientemente, volviendo a su color original, el rosado.
- Visita a la bodega
Visitamos las bodegas de Concha y Toro, y así entendimos el porqué de su éxito internacional y, por supuesto, recorrimos la cava de la tan famosa leyenda del Casillero del Diablo. Acá, preferimos no contarte mucho cómo funciona para que no pierda la magia para cuando tú hagas la visita a la viña.
- Degustación
Después de todo el recorrido, el guía nos llevó en una parte externa, dónde había mesas con sillas señaladas, respetando el distanciamiento, y allá nos esperaba la sommelier de Concha y Toro.
En la mesa, estaban las famosas copas que de vino que nos regalan, pero, ahora, estaban cerradas en la cajita naranja de la marca y, por lo que nos informó la sommelier, ya había sido sanitizada. Nuestro tour nos ofrecía la degustación de 3 vinos, uno blanco y dos tintos. Nosotros debíamos tomar la copa, para evitar el contacto de la profesional y otras personas, y es ella quien servía los vinos.
La profesional nos explicó acerca de cada uno de los vinos, empezando por el vino blanco y seguido de los tintos, contándonos con qué tipo de comida cada cual armoniza mejor.
Al final de la experiencia de degustación, nosotros mismos guardamos nuestras copas en la cajita.
- Tienda
Terminada la degustación, nuestro guía nos agradeció por la visita y nos direccionó a la tienda de Concha y Toro, dónde también nos fue informado qué no podríamos tomar las botellas y otros productos a la venta. En caso de comprar algo, se debe pedir a uno de los vendedores, quién será la persona que entregue el producto.
Es importante destacar que, a cada nuevo ingreso de un área a otra, nos han echado alcohol gel en las manos. Además, Concha y Toro ha reducido el número de visitantes por recorrido, también como norma preventiva.
Nuestra visita fue super agradable y, de hecho, nos sentimos a todo el momento seguros frente a los criteriosos cuidados de la Viña para poder recibirnos y ofrecernos una experiencia inolvidable.
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