Entre las calles Alameda, Bandera, Moneda y el Paseo Ahumada se encuentra este característico barrio que rompe con las tradicionales cuadras del centro de Santiago.
En los terrenos que pertenecían a las monjas Agustinas, hoy se emplazan edificios de comienzos del siglo XX que forman una Y y que, con calles adoquinadas y peatonales, invitan a la contemplación mientras ajetreados oficinistas recorren sus angostos paseos. Dentro de lo que destaca de este sector es el edificio de la Bolsa, inaugurado en 1917 y que es obra del arquitecto Emilio Jéquier, el mismo a cargo de la Estación Mapocho y el Museo de Bellas Artes. Al frente se encuentra el ex Hotel Mundial, que, en conjunto, le dan esta singular forma al lugar. Por la Alameda, se observa el edificio del Club de la Unión, inaugurado en 1925 para ser sede de las reuniones que mantenía la élite conformada por empresarios, políticos, inversionistas y hombres de negocio en general.
Otro edificio a destacar es el edificio Ariztía que, con sus 52 metros de altura, fue considerado el primer rascacielos de Santiago. Esta construcción está influenciada por el estilo de los edificios neoyorquinos y fue el primer edificio de oficinas con calefacción central a vapor y ascensor.
Finalmente en calle Moneda está la iglesia de las Agustinas que perteneció al monasterio que se emplazaba originalmente en estos terrenos y que recibía a las viudas de soldados españoles muertos en la guerra de Arauco y que estuvo en esta ubicación hasta que vendieron el lugar en 1915. Esta iglesia guarda un espectacular órgano que todavía puede ser escuchado en conciertos de música sacra que se organizan allí.
Todo este sector está declarado zona típica y la mayor parte de sus construcciones son Monumento Nacional, y han aguantado los constantes sismos que sacuden la ciudad.