El Museo Nacional de Bellas Artes es un lugar que se puede visitar en familia. Inaugurado en 1910, la idea de construirlo fue una manera de conmemorar el centenario de la república y dotar a la ciudad de un espacio para el estudio y difusión de las artes. Su colección consta de más de 3 mil obras entre pintura, escultura, dibujo, grabado, piezas de diseño y fotografía, y en sus salones se exponen además instalaciones artísticas, montajes, performances entre otros. El lugar cuenta con cafetería y una pequeña tienda de souvenirs.
Inserto cerca del centro, con una estación del metro al lado, en uno de los barrios con más oferta gastronómica y con el Parque Forestal de compañía, este espacio es un imperdible para quien quiera conocer uno de los sectores más bellos de la ciudad.
Su diseño arquitectónico neoclásico está basado en el Petit Palais de París, en el que Emile Jequier se inspiró, y cuenta con detalles en art noveau y detalles en metal. Su cúpula fue traída por partes desde Bélgica y es una de las características más sobresalientes, además del altorrelieve de la fachada de Guillermo Córdova y los medallones que recuerdan a algunos de los más importantes artistas de la historia.
En el ala poniente se encontraba la escuela de artes y hoy está ocupada por el Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Desde hace algún tiempo está conectada por un pasillo interior y es posible visitar también ese museo sin salir del edificio.
Este espacio cuenta con una colección permanente de pinturas y esculturas en las que se pueden apreciar obras de pintura española, colonial, y otras más modernas. En su frontis hay una espectacular escultura inspirada en el drama griego Ícaro y Dédalo creada por la primera escultora chilena, Rebecca Mate, llamada “Unidos en la gloria y en la muerte”.
La entrada a este museo es gratuita y el horario para visitarlo es de martes a domingo de 10:00 a 18:45 hrs.