A los pies del Cerro Castillo se encuentra esta tradicional postal viñamarina. No hay turista que no haya parado unos minutos frente a este bello reloj floreado a sacarse una selfie y es común ver una gran cantidad de gente esperando su turno para fotografiarse con sus manillas de fondo.
El reloj de flores fue inaugurado con motivo del mundial desarrollado en Chile en 1962, que tenía a la ciudad de Viña del Mar como una de sus sedes. Para recibir a los visitantes, había que embellecer la ciudad y, dentro de ese plan, se importó un mecanismo desde Suiza que fue instalado frente al balneario Caleta Abarca, muy popular en la época y cercano al ex hotel Miramar. El mecanismo original funcionó hasta 2013 cuando fue destruido por vándalos, lo que obligó a reemplazarlo por uno más moderno hecho en México, y que ajusta sus manillas de acuerdo al ajuste automático de acuerdo a una señal GPS.
Hace unos meses sufrió un nuevo accidente, cuando cayó un árbol sobre él debido a fuertes vientos producidos por un temporal. Hoy está nuevamente en funcionamiento atrayendo a visitantes que vuelven a posar a los pies del cerro en sus jardines.